Un sacerdote cristiano copto cobra fama por sus sesiones semanales de exorcismo en El Cairo
En la iglesia de San Marcos de El Cairo no cabe ni un alfiler. No solo la nave principal está a rebosar, sino también la capilla y un patio exterior con cientos de sillas ante una pantalla gigante. Y eso que aún falta una hora para que empiece el acto que celebra cada viernes al anochecer Makari Yunan, el sacerdote exorcista. “Yo no soy quien expulsa al diablo, sino Jesucristo“, dice el religioso, de poblada y larga barba blanca. En breve, Makari volverá a enfrentarse al espíritu maligno que anida en las almas de algunos de sus feligreses. Y lo hará armado con un pequeño crucifijo plateado y agua bendita.
El popular padre copto, que supera la setentena, descubrió sus poderes hace más de 30 años. “Fue en Asiut. Un día oré por un hombre que estaba poseído por el demonio y se curó“, explica antes de reencontrarse con sus seguidores. “No todos los que vienen a esta iglesia a someterse al exorcismo llevan el diablo dentro. La mayoría es gente con serios problemas psicológicos, y otros solo quieren llamar la atención. Pero yo sé como distinguirlos“, advierte.
Fuente: http://www.elperiodico.com elPeriodico.com